viernes, 1 de abril de 2011

soy tan feliz que me desmorono

parece que va a llover esta noche: un cubalibre lleva a otro marlboro. tom waits se desgrana desde un suelo tan frío que a uno le dan ganas de llevárslo un mes a la playa de güibia,

pero soy tan feliz que ya ni me reconozco

hice exactamente lo que habría hecho si hubiera sido otro en lugar de yo: me he dejado llevar de la mano por la muejr más buena del mundo, quien ya me ha hecho una niña preciosa y a quien amo con la misma velocidad con que cualquiera puede comerse diez kilómetros de uno de los cables de acero que sostienen el puente duarte.

he dejado de escribir y de creer que podría escribir, si quisiera, cualquier cosa mejor que todo lo que he escrito hasta ahora; me estoy dejando crecer un cansancio más grande que el mar: envejezco como un tiro de máuser a una esquina de los cincuenta; resbalo por una pendiente sin dientes pero llena de pendejadas,

en fin

creo que me desmorono mejor en este amortiguado yo en el que me he convertido.

Cartagena y yo

  Por Manuel García Cartagena   Escena 1 Una tarde a principios de los 80 —con un poco de esfuerzo podría incluso recordar el año—, el...