lunes, 31 de marzo de 2008

con dos gotitas de veneno...

Sí, lo sé: tú también sabes que casi le robé el título a una canción de Tom Waits (Little Drop of Poison) para ponérselo a este post. Pero no sabes que, cuando barajaba ideas en mi mente para ver con qué escribía mi segundo post, sonaba precisamente esa canción en mi iTunes y tenía en los labios el último cigarrillo de la noche (solamente porque era, también, el último de mi segunda cajetilla de este domingo...) Y entonces recordé que Graxe, quien vive en Puerto Rico, había celebrado hacía poco el hecho de que, aquí en Santo Domingo, puedes tomar el teléfono y hacer que te traigan hasta la puerta de tu casa una cajetilla de cigarrillos a lomo de motocicleta casi a cualquier hora del día o de la noche...

Y fue entonces cuando me dije: "Caramba, ¿y si se exportara este sistema de "delivery" hacia otros países del mundo, qué sucedería?"

Y lo que pensé después me dio calambre en el epiplón.

Porque, claro: ¿te imaginas todo lo que debe suceder (o no suceder, según los casos) en una sociedad para que alguien --estamos hablando de centenares de jovenzuelos que pululan en sus motos por los cuatro costados de una ciudad que cada día se despierta desconociendo sus propios límites-- se pueda ganar la vida haciendo de muchacho de mandados en el 2008?

Imaginé un sindicato de "delivereros" (sí, eso mismo) cuyos miembros estuvieran prevalidos de uniformes, tarjetas de identidad con códigos de barras, lectores inhalámbricos de tarjetas de crédito y cuantos gadgets y aparaticos se quiera uno imaginar sin hacer que se sonroje ni uno solo de los amantes de las películas de James Bond, torpedeando el tránsito con sus pasolas en las avenidas de Québec, de Roma, de París o de Madrid, para ir a llevarle un frasquito de aceitunas a doña Agnes, la del piso trece del bloque C, apartamento 211 del Jardin Bouzignac y luego marcharse "en bola de humo", sin siquiera pedir propina por su servicio, y para colmo, con una sonrisa en los labios.

"Pero, ¿y si algo así fuera parte de la solución al problema del desempleo?", me pregunté. Y me reí, pues la ceniza de mi último cigarrillo comenzaba a caer sobre el teclado de mi laptop, y no lograba sacar nada en claro de mi ideota.

Y Tom Waits que me decía: "Me gusta mi ciudad con dos gotitas de veneno", y yo que ya casi no sabía cómo diablos terminar de escribir esto...

Por eso, cuando la canción terminó, se me ocurrió que era mejor pegar aquí el siguiente enlace a la canción de Tom Waits, y luego hacerme el loco. 



“Little Drop Of Poison”

I like my town with a little drop of poison
Nobody knows they're lining up to go insane
I'm all alone, I smoke my friends down to the filter
But I feel much cleaner after it rains

She left in the fall, that's her picture on the wall
She always had that little drop of poison
She left in the fall, that's her picture on the wall
She always had that little drop of poison

Did the devil make the world while god was sleeping
Someone said you'll never get a wish from a bone
Another wrong good-bye and a hundred sailors
That deep blue sky is my home

She left in the fall, that's her picture on the wall
She always had that little drop of poison
She left in the fall, that's her picture on the wall
She always had that little drop of poison

A rat always knows when he's in with weasels
Here you lose a little every day
I remember when a million was a million
They all have ways to make you pay
They all have ways to make you pay

Letras tomadas de: http://www.stlyrics.com/lyrics/shrek2/littledropofpoison.htm

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